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Cómo evitar sufrir una trombosis en viajes prolongados

 

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 El mal llamado “síndrome de la clase turista¨ o “trombosis del viajero” puede aparecer súbitamente en algunos pasajeros que emprenden un vuelo prolongado en avión.

Se consideran de mayor riesgo los vuelos que superan los 10.000 kilómetros, mayores a las 8 horas de vuelo. Posiblemente uno de los responsables de la formación de un coágulo de sangre en las venas sea la inmovilización prolongada de las piernas. Este fenómeno también fue descrito en viajes prolongados en automóvil, tren y hasta en barco o en los refugios antibombardeos en la 2º guerra mundial cuando muchas personas permanecían apiñados e inmóviles durante horas.

Serena Williams, Gustavo Cerati y Jonah Lomu sufrieron una trombosis por un viaje prolongado.

¿Cuál es la frecuencia de trombosis luego de un viaje prolongado en avión? Es muy bajo y de hecho se tienen más posibilidades de morir fulminados por un rayo. Solo los pacientes que tienen otros factores de riesgo pueden padecerla y se ha calculado que esto ocurre en el 0.05% de los casos evaluados.

Apenas 27 pasajeros cada millón de vuelos harán una embolia pulmonar que puede ser peligrosa para la vida. Pero con más de 200 millones de pasajeros en vuelos prolongados al año, se darán 5000 casos nuevos que se podrían eventualmente prevenir.

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¿Por qué ocurre la formación de un coágulo de sangre en las venas de la pierna? Existen, además de la inmovilización, otros factores independientes que aumentan el riesgo de trombosis, como la hiperviscosidad, que se duplica por fumar, o por la deshidratación al no tomar líquidos durante el vuelo. También hay factores de base como la trombofilia o el cáncer, que en algunos estudios llega a aumentar hasta 16 veces el riesgo de trombosis venosa asociada a vuelos prolongados.

Otro factor adquirido en los vuelos es la hipoxemia durante 8 a 12 horas que tienen los pasajeros, ya que en los de tipo comercial habitualmente se mantiene la saturación de oxígeno en 90% (si el pasajero está despierto) y desciende hasta el 80% si este se duerme.

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Factores considerados de alto riesgo para trombosis en vuelos prolongados:

- Antecedente de trombosis venosa previa.

- Cáncer.

- Trombofilia.

- Antecedente de cirugía mayor en el último mes.

- Inmovilidad por yeso o lesión en miembros inferiores como secuela de ACV.

- Obesidad.

- Insuficiencia cardíaca o respiratoria crónica.

- Anticonceptivos orales o embarazo.

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Medidas generales a seguir para disminuir el riesgo de trombosis venosa en vuelos:

1) Hacé ejercicios de flexo-extensión y rotación del tobillo durante el vuelo.

2) No pongas equipaje de mano bajo el asiento delantero.

3) Tratá de reducir al máximo la deshidratación con abundante ingesta de líquidos (1 vaso cada 2 horas), no tomes ni alcohol ni “snacks” salados.

4) Evitá la sedación con fármacos.

5) Ponete ropas que no sean ceñidas en la pantorrilla o el tobillo.

6) Si es posible sentate en el pasillo y caminá cada 3-4 horas.

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Profilaxis activa en pacientes de alto riesgo trombótico (indicada por un médico):

a) Medias elásticas compresivas graduadas: deben tener una presión de entre 15 y 30 mmHg en el tobillo y llegar hasta la pantorrilla. Tienen la desventaja de ser poco toleradas y de estar contraindicadas en pacientes con enfermedad vascular periférica.

b) Heparina de Bajo Peso Molecular: en dosis de prevención, aunque su uso no se ha aprobado en las agencias regulatorias de medicamentos en esta indicación.

c) Aspirina: Su uso no sólo no fue efectivo en la prevención de trombosis sino que aumentó los síntomas de irritación gástrica así que no se recomienda.

d) Si bien todavía no se han evaluado en esta indicación, se ha planteado que los nuevos anticoagulantes orales directos podrían ser eficaces en este contexto en algunos pacientes.

La asociación entre trombosis venosa y viajes prolongados es real pero débil, en pasajeros con factores de riesgo de enfermedad tromboembólica venosa. En la población sin factores de riesgo, la recomendación actual es mantener una adecuada hidratación y realizar ejercicios de flexo-extensión, pero no realizar una profilaxis farmacológica activa. Por el contrario, se debe considerar algún tipo de profilaxis para los pasajeros con factores claros de riesgo como los descritos.

 

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